Luego de días caóticos bajo la mirada de los medios de comunicación, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), por sus siglas en inglés decidió dividir al Silicon Valley Bank (SVB), y ofrecer la unidad de depósitos tradicionales y el banco privado, en dos subastas diferentes.
Con este movimiento se busca encontrar compradores de forma más sencilla, después de no haber encontrado comprador para el fallo de la semana pasada.
De acuerdo con el regulador, las carteras de activos estarán abiertas a las ofertas de empresas financieras bancarias y no bancarias.
En días anteriores, la empresa matriz del prestamista SVB Financial Group solicitó la reorganización bajo el artículo 11 de protección por bancarrota y buscaba compradores para sus activos, luego de que fracasaron las negociaciones para tratar de recuperar la confianza de los inversores.
Mientras tanto, la FDIC consideró la posibilidad de retener algunos de los activos subvalorados.
Por su parte, Reuters aseguró que algunos de los bancos regionales norteamericanos, en un esfuerzo por obtener capital y evitar cualquier preocupación por parte de sus clientes, se han enfrentado con la preocupación de los posibles compradores, así como de los inversionistas debido a las posibles pérdidas que podrían tener sus activos.
En palabras simples, el clima de agitación y volatilidad impacta en la percepción de los clientes y los inversionistas. Un comportamiento que se traduce en una desestabilización financiera.
Finalmente, el diario El Economista, de México, señaló que la corrida contra el banco sucedió a causa de las preocupaciones sobre el balance después de que el prestamista vendiera una cartera de bonos del tesoro y valores, respaldados por hipotecas a Goldman Sachs con una pérdida de 1,800 millones de dólares.
Una falla que intentó cubrir a través de una captación de fondos de 2,250 millones de dólares.